viernes, 13 de junio de 2025

 Nunca hagas que tu pareja dude del lugar que ocupa en tu vida.

Si la persona que amas tiene que adivinar dónde está parada contigo, ya le estás fallando.
El respeto no está solo en las palabras bonitas…
Está en las decisiones que tomas cuando no te están viendo.
Está en los mensajes que decides no responder.
En las invitaciones que eliges rechazar.
En la honestidad que mantienes, incluso cuando es incómoda.
No puedes decir que amas a alguien y aún así ocultar partes de tu vida.
Si tu teléfono necesita una contraseña que no puede saber,
si tienes “amistades” que no se pueden cuestionar,
si haces cosas que no te gustaría que descubriera…
no estás siendo leal, estás siendo egoísta.
Una relación construida sobre medias verdades y secretos
es una muerte lenta disfrazada.
Y cada vez que dejas que tu ego, tus impulsos o el miedo al conflicto ganen,
le estás enseñando que su corazón está más seguro lejos de ti.
La transparencia no es solo un detalle…
es una necesidad.
Si realmente amas a alguien,
no le das razones para dudar.
Le das paz.
Porque cuando el amor es real,
nada debería ser un secreto.
Ni tu tiempo.
Ni tus palabras.
Ni tu lealtad.
Así que antes de decir que estás “comprometido”,
pregúntate honestamente…
¿Estás construyendo un hogar con esa persona?
¿O solo estás creando un escondite para tu culpa?

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