lunes, 14 de julio de 2025

 Dime cómo está tu esposa… y te diré quién eres.

Mírala. No me digas nada.Solo mírala.
Mira sus ojos. ¿Brillan o están apagados?
¿Sonríe por amor o sonríe para disimular el dolor?
Dime cómo está tu esposa y no necesitaré saber más de ti.
Porque el rostro de una mujer cuenta la historia del hombre que tiene al lado.
Si está cansada, triste, insegura, con el alma en pedazos…
No es porque la vida fue dura, es porque tú no supiste ser refugio.
La engañaste.
Le mentiste.
La hiciste sentir que no valía nada.
Tal vez nunca levantaste la mano, pero tus palabras fueron cuchillos.
Tu indiferencia, tu falta de apoyo, tus ausencias... también golpean.
Ser hombre no es mandar. No es humillar. No es gritar.
No es tener otra mujer mientras la tuya llora en silencio por las noches.
No es vestirte de familia frente al mundo y desvestirte de compromiso cuando se apagan las luces.
Un verdadero hombre no hace sentir pequeña a la mujer que un día lo eligió con todo el corazón.
Un hombre de verdad no destruye el alma de su compañera. La protege, la honra, la cuida.
Porque sabe que su fuerza no está en dominarla, sino en hacerla sentir amada y segura.
Así que dime… ¿Cómo está tu esposa?
¿Feliz, tranquila, respetada?
¿O triste, desgastada y rota por dentro?
Porque cuando una esposa sufre en silencio, lo que grita es la clase de esposo que tiene..
DERECHOS AL AUTOR!!

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